miércoles, 2 de septiembre de 2009

Las penurias del policía

Que lamentable que los elementos de seguridad pública municipal, se encuentren abandonados a su suerte cuando por motivos de algún accidente vial y en compañía de su familia se vean en la necesidad de rematar sus pertenencias para subsanar sus necesidades de compra de medicamentos. Siendo responsabilidad del ISSSTESON, cubrir el total de sus asistencias médicas.
A falta de las atenciones médicas; ¿Donde está el apoyo del Presidente y de los jefes policíacos, para valorar a sus elementos que son la columna vertebral de dicha corporación? y que han hecho valer la administración pública, como es el caso del Agente de la policía municipal Cesar Román Castro Gálvez, de la H. Caborca, Sonora.
El reglón de seguridad pública es uno de los reclamos más sentidos de la población, ya sea en el ámbito municipal, estatal o federal.
Brindar seguridad pública a los habitantes y vecinos de un municipio, no es tarea fácil, máxime aún si consideramos que la planta policíaca en la mayoría de las ocasiones es escasa, principalmente por los bajos ingresos y la carestía de la vida.
Hay que implementar políticas y estrategias generales, con el fin de elaborar un programa que responda a las necesidades primordiales, con sentido humano, que beneficie a las familias de los elementos de seguridad, así como también exigir a las corporaciones policíacas asumir la responsabilidad que les corresponda, con honestidad, disciplina, capacidad y lealtad hacia las instituciones.
Se debe analizar la situación socioeconómica del policía, estimularlos hasta donde sea posible, que todos sean atendidos equitativamente no denigrar a nadie, porque la corporación no está compuesta nada más de oficiales ¿o que los rasos son hijos de cuico? Todos los elementos según la eficiencia, inteligencia, atención y protección al ciudadano, son el reflejo de una buena Administración Estatal o Municipal.
El tener la vocación policíaca, se puede decir que es un apostolado, porque los servidores públicos en materia de seguridad, son humillados, despreciados e ignorados por la sociedad, señalados con índice de fuego, tratados como bandoleros como si todos fueran de la misma condición, hay de todo en la viña del señor, recordemos que las corporaciones policíacas están constituidas por seres humanos.
Conscientes estamos de que las conductas negativas de los policías se pueden realizar en cualquier campo de su actividad, por lo que nadie está exento de ser victima o victimario de ellas.
Así como hay delincuentes que están enfermos; alcohólicos, cleptómanos y drogadictos etc., y necesitan una terapia para reincorporarse de nuevo a la sociedad como gente de bien, así los elementos de seguridad se sienten enfermos y despojados por un sueldo que no está acorde a la carestía actual, un hogar que se acondicione a las necesidades familiares, educación para sus hijos, atención médica, buen sustento, vestimenta, seguro de vida y tantas cosas que son tan necesarias para contribuir al buen funcionamiento de su trabajo.
Sugiero se maneje un tabulador de sueldos, con una simbología y categoría que distinga a los Jefes, de academia, sin academia, de nuevo ingreso, administrativos, oficiales y rasos.
La policía municipal, en el ámbito de su competencia debe de dar una lucha frontal contra el crimen y colaborar en forma decidida con las corporaciones policíacas de otros niveles de gobierno, dentro del más estricto respeto a la legalidad.
El gobierno Municipal que haga todo lo que está a su alcance, para cumplir su compromiso de buscar estímulos para la policía y que vengan a redundar en el bienestar familiar y se reflejen en el buen funcionamiento de su servicio, como hasta ahora lo está haciendo.

Siendo Gobernador del Estado Faustino Félix Serna, el 26 de Diciembre de 1970, fue publicado en el Boletín Oficial del H. Congreso del Estado la Ley Numero 6 de Policía Preventiva del Estado de Sonora, hoy derogada.
Donde concretamente en el Artículo 32. – decía: Policía de carrera es la que se nombra con carácter permanente y sus miembros tendrán derecho a los sueldos que les asignen los Ayuntamientos respectivos y el Gobierno del Estado, en su caso; en el entendido que los egresados de la Escuela de Policía del Estado y de escuelas similares de otra parte del país, gozarán de un sobre sueldo de veinticinco por ciento más de lo que perciban los miembros de la policía que no provengan de dichas instituciones, previa la aprobación, cuando corresponda, del ayuntamiento respectivo. Este sobresueldo se entiende que se percibirá en relación y proporción al grado jerárquico de cada uno de ellos.
Como es posible que con esos sueldos de hambre no piensen que la policía vaya a participar en el desaseo de la Ley.
Roberto Fleischer Haro, es egresado de la cuarta generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad FEHR440205H26223583.
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