domingo, 13 de septiembre de 2009

La militarización de los cuerpos policiacos

Para superar esta realidad de contar con policías que al mismo tiempo son delincuentes, el Gobierno Mexicano ha colocado destacados miembros de las fuerzas armadas, con o sin licencia, en puestos claves de los distintos cuerpos policíacos, así como elementos de tropa en el patrullaje de las calles de algunas ciudades “mientras se entrena debidamente a la corporación”. Lo anterior lo vemos en la Ciudad de México y en diferentes Estados de la República.
Sin embargo, particularmente, el aumento de la inseguridad pública y de la delincuencia, así como la creciente corrupción en los cuerpos policiacos han incidido y potencializado el proceso de militarización.
Secuestros, robos de automóviles, asaltos bancarios, hurtos a comercios y casa-habitación, tráfico de armas, enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes y un ambiente de tensión e inseguridad son los problemas que se han incrementado en la última década a lo largo y ancho del Estado.
Para tratar de incidir en la solución del grave problema de la inseguridad pública, el gobierno ha acudido al recurso militar llamando a las fuerzas castrenses a realizar acciones propias de los cuerpos policíacos.
Esta participación de militares en actividades policíacas, no es algo nuevo en la historia del país, ya que en el pasado, diversos oficiales castrenses han servido como jefes de los diferentes cuerpos policíacos, contando con el aval de los poderes públicos, en medio de una gran indiferencia social.
La idea que se tiene es que estas fuerzas armadas son menos corruptas que los cuerpos de policía, y están más capacitadas, por lo tanto, para depurar y disciplinar las instituciones de seguridad pública, eso está todavía por comprobarse.
Tomando en cuenta que el servicio de seguridad militar está muy distante del servicio civil, además se atropella la estructura del Estado y la autonomía Municipal.
Pero advertimos varios peligros, en primer lugar, el riesgo de que se de un aumento en la violación de las garantías individuales, y en segundo lugar, toda vez que los cuerpos castrenses están entrenados en la disciplina militar, no siendo éste el marco más adecuado para militarizar también las ciudades.
La Seguridad Nacional, en cambio, tiene que ver con la preservación de la integridad de la nación y de la soberanía sobre sus recursos, y es responsabilidad directa de las Fuerzas Armadas, labor muy encomiable y meritoria.
La Seguridad Pública tiene que ver, como ha quedado dicho, con garantizar la tranquilidad de todo y cada uno de loa habitantes del Estado, como un derecho compartido, y tiene un carácter eminente civil, por lo que debe estar bajo la responsabilidad de las autoridades civiles, empezando por el municipio.
A pesar de las recomendaciones emitidas por organismos de Derechos Humanos Nacionales e Internacionales para regresar a los militares a sus cuarteles y de las supuestas denuncias de vejaciones, abusos cometidos contra la población civil, el proceso de militarización de los cuerpos de seguridad sigue en marcha.
Se valoriza el trabajo de la Institución como la única capaz de hacer frente al crimen organizado en el país y reconocer que sus elementos castrenses que han perdido la vida lo han hecho por la paz, por nuestra seguridad y la de la Nación.
En nuestro Estado de Sonora, han participado militares comisionados como Jefes de la extinta policía Judicial del Estado hoy Policía Estatal Investigadora (PEI), que no cumplieron vaya usted a saber por que motivos con el termino del sexenio que les correspondió actuar, hombres de mucha disciplina y honor.
A continuación se mencionan entre otros los nombres de militares, como lo son: Mayor Francisco Luken Aguilar, Capitán Belderrain, Tte. Daniel Trelles, Tte. Coronel Ramón Tablada Orihuela, Tte. Coronel (En su tiempo) Francisco Arellano Novlecia, General Encinas, Tte. Coronel Carlos Huerta Robles, Capitán Francisco Javier Acuña Abril, Tte. Coronel Gelasio Gayoso, entre otros.
Mismos que en su momento fueron reemplazados por Policías Civiles con capacidad en la materia, honestos, con ética, institucionales, don de mando y sobre todo que dejaron buena imagen ante la sociedad.
Roberto Fleischer Haro egresado de la IV generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad FEHR440205H26223583
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