lunes, 24 de agosto de 2009

Apremiante la prevención del delito


La prevención del delito no consiste exclusivamente en acciones policiales, como se concibe en muchos ámbitos.
Está vinculada necesariamente a políticas públicas, tales como desarrollo económico, cultura de la legalidad, formas de organización ciudadana, credibilidad social, crecimiento poblacional, empleo y educación, y un sistema integral de justicia y seguridad pública que corresponde al Estado impulsar, en un marco de corresponsabilidad institucional y ciudadana.
El reto es diseñar y ejecutar esquemas dinámicos de prevención, a partir de programas de trascendencia social; salud, educación, trabajo, deporte y oportunidades de desarrollo.
Implementar acciones para enfrentar la apertura, a veces irresponsable, de los medios; la influencia negativa de transculturización vía Internet, la depresión juvenil ante horizontes inciertos de oportunidades, el cine, la televisión y la publicidad directa o subliminal, que promueven el consumo de droga, el libertinaje sexual y la violencia.
Se debe impulsar la cultura de la legalidad, la transparencia, los valores, la voluntad comunitaria e institucional para combatir radicalmente a los enemigos de la sociedad.
Es necesario aplicar firmeza en las decisiones para el logro de objetivos, nitidez en el ejercicio de los recursos y eficacia en los programas y las acciones, que deben ser evaluados y sus resultados efectivos exigidos.
Necesitamos una policía confiable, unificada y depurada, que no carezca de organización, de disciplina, de responsabilidad social, de educación y que no se nieguen a vivir dentro de la Ley la cual representan.
La delincuencia organizada reacciona siempre hacia nuevos rumbos de operación, frente a las acciones de prevención que se le oponen. Busca siempre abrir nuevas alternativas para continuar generando sus enormes ganancias ilícitas.
La sociedad demanda un combate enérgico contra el crimen organizado: procuración e impartición de justicia accesible, rápida y eficaz; aplicación de sanciones acorde a la gravedad de los delitos, vigilancia y patrullaje evidentes y efectivos, y una comunicación responsable que contrarreste el amarillismo, las noticias tendenciosas y la percepción de inseguridad.
Que se pueda contar con un cuerpo policiaco que genere confianza y a la vez responda al concepto de paz y tranquilidad en seguridad publica dentro del municipio.
Que se aplique el bando de policía y gobierno al cien por ciento, con una atención a la ciudadanía, seria, responsable, capaz y humana las 24 horas del día.
Que se conforme una Jefatura de Policía y Tránsito ejemplar, capaz de atender y responder oportunamente, con eficacia, las demandas sociales, una corporación con amplio criterio y sentido humano, sensible a las necesidades pero enérgico en el actuar.
PARA LA INSEGURIDAD; LA SOLUCIÓN ES LA PREVENCIÓN
Hay que aceptar realidades, considerando como siempre, el hilo se revienta por lo más delgado, por la parte más expuesta al ojo crítico del ciudadano ¿a que me refiero? Concretamente a la policía.
El día que la autoridad a quién corresponda provea los recursos necesarios en cada departamento, conforme a la incidencia de la delincuencia en cada lugar, cuando los patrulleros preventivos cuenten con el tanque de las unidades lleno de combustible las 24 horas, que éstos no sean menos sofisticados que los que utilizan algunos delincuentes.
Que los sueldos de los oficiales que arriesgan su vida en cada operativo peligroso sean adecuados como para vivir, sin estar obligados por la necesidad y la crisis económica a realizar tareas de policía auxiliar, recién ahí podemos decir que la autoridad responsable se encuentra involucrada seriamente en la prevención.
Cuando los delincuentes dejen de sentirse impunes y sientan el temor de ser castigados por la vara rectora de la justicia, vislumbraremos una señal de prevención.
El día en que en los presupuestos del Estado y los Municipios se tome en serio la seguridad, disponiendo las partidas necesarias para combatir la delincuencia, podemos empezar hablar de prevención.
El día que se procure que las cárceles sean sanas y limpias, para seguridad y posterior reinserción de los reos en sociedad vamos a empezar a hablar de prevención.
La ciudadanía exige una atención rápida y eficaz para sus denuncias y no le interesa la división de fueros.
Es necesario que las Agencias del Ministerio Público del fuero común recepcionen denuncias de cualquier circunscripción, del fuero federal y viceversa, y posteriormente las turnen a la competencia correspondiente.
Es importante que en el combate a los pandilleros, participen las policías federales en coordinación con las estatales y municipales.
En concordancia con lo establecido en las bases de coordinación que se llevan a nivel Nacional cada año, se trata de que juntos; gobierno, familias, organizaciones sociales, educativas, culturales y medios de comunicación reafirmemos nuestra escala de valores que nos hacen grandes, justos y productivos, la honestidad el valor al trabajo y el respeto a los demás.
Roberto Fleischer Haro es egresado de la cuarta generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad FEHR440205H26223583
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