Los recientes acontecimientos, relacionados con la “fuga” masiva de 53 penados del Estado de Zacatecas, es un aviso de lo que puede suceder en los CERESOS y Penales del País, debido la falta de preparación de los custodios, armamento apropiado, comunicación MATRA y satelital, buenas instalaciones, transporte y la corrupción que predomina.
La seguridad penitenciaría es “la capacidad legal que tiene el Estado para mantener y garantizar la custodia e integridad corporal de los sujetos privados de su libertad, dentro de un marco de orden constitucional”.
El sistema penitenciario del Estado de Sonora desde su fundación, debido al crecimiento inusitado y la falta de programación, el personal de custodia y vigilancia fue seleccionado sin ningún requisito esencial para ocupar estas plazas, por lo que la capacidad educativa y la preparación académica sobre conocimientos de derecho penitenciario, fueron y han sido prácticamente nulas.
Deben contar con una disciplina adecuada al manejo de los internos, motivado en que ha sido en gran parte la deficiencia del personal de custodia para este importantísimo renglón.
Se debe proceder con energía contra el personal indisciplinado, consistente en introducción de objetos prohibidos, abusos de autoridad, violación a los derechos humanos de los internos, análisis de comportamiento y conducta dentro y fuera de los reclusorios.
Para lograr una corporación en quién deba depositarse la confianza de la custodia y vigilancia de los penados, es necesario otorgárseles los estímulos y recompensas que existen para los servidores públicos, valorar la conducta, calidad y productividad en el trabajo, para evitar la corrupción que de alguna manera se encuentra muy arraigada en los penales.
Este personal deberá recibir cursos de capacitación enfocados a clarificar y reforzar sus valores para mantener y elevar los niveles del compromiso creado, que permitan a estos servidores públicos prestar la atención profesional deseada para que traten con dignidad a los internos.
Dotar de equipo policial moderno y tecnológico para los custodios de los Ceresos, estos se deben considerar como instalaciones estratégicas para el Estado, dependencias que no deben ser transgredidas por lo que se deben extremar al máximo las medidas preventivas y correctivas de seguridad para su preservación, evitando así la evasión de reos.
Además crear la Guardia Permanente, con elementos que serán entrenados especialmente para suplir ausencias de bajas, incapacidad, permisos y contrarrestar motines.
Ser trasladados de inmediato a cualquier reclusorio donde existan fenómenos posibles de evasión, a bordo de un camión comando, este personal podría recibir instrucción académica, así como adiestramiento y capacitación sobre uso de armas y técnicas estratégicas de movimientos antimotines.
En el personal de custodia y vigilancia es donde descansa la tranquilidad y la seguridad del sistema, entre el personal de vigilancia y los internos media un constante juego psicológico, relación interpersonal que se da las veinticuatro horas del día.
Al hablar de una selección apropiada del personal penitenciario, es darnos cuenta de cual es verdaderamente la función de un sistema carcelario.
No debemos olvidar el riesgo que es para un gobierno el contar con una serie de individuos privados de la libertad, que no desea la labor readaptaría y que pretende no reconciliarse con la sociedad; por lo que debemos comprender el fenómeno de la rehabilitación y la custodia de los internos.
Nada agravia tanto a la sociedad como la impunidad y nada desmerita tanto a la autoridad como señalarla de ineficiente, es necesario revisar las normas del sistema penal en beneficio de la prevención y readaptación.
La forma de administrar los penales y su realidad se deberá asumir la responsabilidad de custodiar a la población interna, manteniendo autoridad, seguridad, orden, respeto, disciplina y trato digno sin violentar los derechos de los reclusos.
Roberto Fleischer Haro, es egresado de la IV generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad Pública FEHR440205H26223583 e. Mail rfleischer_44@hotmail.com
La seguridad penitenciaría es “la capacidad legal que tiene el Estado para mantener y garantizar la custodia e integridad corporal de los sujetos privados de su libertad, dentro de un marco de orden constitucional”.
El sistema penitenciario del Estado de Sonora desde su fundación, debido al crecimiento inusitado y la falta de programación, el personal de custodia y vigilancia fue seleccionado sin ningún requisito esencial para ocupar estas plazas, por lo que la capacidad educativa y la preparación académica sobre conocimientos de derecho penitenciario, fueron y han sido prácticamente nulas.
Deben contar con una disciplina adecuada al manejo de los internos, motivado en que ha sido en gran parte la deficiencia del personal de custodia para este importantísimo renglón.
Se debe proceder con energía contra el personal indisciplinado, consistente en introducción de objetos prohibidos, abusos de autoridad, violación a los derechos humanos de los internos, análisis de comportamiento y conducta dentro y fuera de los reclusorios.
Para lograr una corporación en quién deba depositarse la confianza de la custodia y vigilancia de los penados, es necesario otorgárseles los estímulos y recompensas que existen para los servidores públicos, valorar la conducta, calidad y productividad en el trabajo, para evitar la corrupción que de alguna manera se encuentra muy arraigada en los penales.
Este personal deberá recibir cursos de capacitación enfocados a clarificar y reforzar sus valores para mantener y elevar los niveles del compromiso creado, que permitan a estos servidores públicos prestar la atención profesional deseada para que traten con dignidad a los internos.
Dotar de equipo policial moderno y tecnológico para los custodios de los Ceresos, estos se deben considerar como instalaciones estratégicas para el Estado, dependencias que no deben ser transgredidas por lo que se deben extremar al máximo las medidas preventivas y correctivas de seguridad para su preservación, evitando así la evasión de reos.
Además crear la Guardia Permanente, con elementos que serán entrenados especialmente para suplir ausencias de bajas, incapacidad, permisos y contrarrestar motines.
Ser trasladados de inmediato a cualquier reclusorio donde existan fenómenos posibles de evasión, a bordo de un camión comando, este personal podría recibir instrucción académica, así como adiestramiento y capacitación sobre uso de armas y técnicas estratégicas de movimientos antimotines.
En el personal de custodia y vigilancia es donde descansa la tranquilidad y la seguridad del sistema, entre el personal de vigilancia y los internos media un constante juego psicológico, relación interpersonal que se da las veinticuatro horas del día.
Al hablar de una selección apropiada del personal penitenciario, es darnos cuenta de cual es verdaderamente la función de un sistema carcelario.
No debemos olvidar el riesgo que es para un gobierno el contar con una serie de individuos privados de la libertad, que no desea la labor readaptaría y que pretende no reconciliarse con la sociedad; por lo que debemos comprender el fenómeno de la rehabilitación y la custodia de los internos.
Nada agravia tanto a la sociedad como la impunidad y nada desmerita tanto a la autoridad como señalarla de ineficiente, es necesario revisar las normas del sistema penal en beneficio de la prevención y readaptación.
La forma de administrar los penales y su realidad se deberá asumir la responsabilidad de custodiar a la población interna, manteniendo autoridad, seguridad, orden, respeto, disciplina y trato digno sin violentar los derechos de los reclusos.
Roberto Fleischer Haro, es egresado de la IV generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad Pública FEHR440205H26223583 e. Mail rfleischer_44@hotmail.com