miércoles, 29 de julio de 2009

Los adolescentes y el abuso de las drogas


El consumo de drogas en nuestro país es un grave problema, el cual día a día crece el número de dependientes y de muertes por adicción. Este problema se ha convertido aún más crítico desde que niños y adolecentes están expuestos a la infinidad de drogas que existen en las calles (El narcomenudeo), problema que ya está teniendo consecuencias en nuestra sociedad.
La niñez y la adolescencia son el porvenir de un país. Los principales indicadores en materia de niñez y adolescencia son referentes básicos del progreso logrado por un país y de sus posibilidades futuras.
Constantemente se ven casos en que esos adolescentes llegan demasiado lejos. La experimentación con droga y alcohol es de rigor en estos tiempos heroicos y esas substancias son omnipresentes en los colegios primarios y secundarios que los adolescentes siempre están predestinados a luchar con ellas a cierta altura de su vida.
El consumo, fomento y la distribución de drogas es causa de conflictos, extorsiones, desgracia familiar, asociación delictuosa, degeneración de la juventud y autodestrucción física y mental.
El uso y abuso de los fármacos, tiene una historia tan antigua como el hombre mismo. Los incas, mayas, egipcios, griegos y otros pueblos los han utilizado con fines religiosos, místicos y para predecir el futuro; dichas culturas han tenido sus propias leyes; fueron usuarios de los brebajes para reafirmar sus valores culturales.
En cambio las sociedades modernas hacen uso de ellas muchas veces como una forma de rebelión, como una búsqueda de placer o como un escape de la realidad.
Hoy hacemos dramas por todo y creemos que la consecuencia de la torpeza humana es el problema, cuando la necedad sensible es el misterio que provoca los conflictos que hoy creemos que son dificultad.
Cuando alguien se droga o recurre al alcohol o a elementos que se le ofrecen como una forma de escapar de la realidad, no lo hace por ser malo, por ser tonto o por ser necio.
Quizá lo hace porque es el único recurso que le queda cuando en su familia se educa con sobreprotección, que la gente no sabe como resolver, o cómo enfrentar.
Claro; pero nos quejamos de las drogas, pensamos que eso es un drama. ¿Pero quién lo enseñó a drogarse? Una mamá que tomaba una pastilla para el dolor de cabeza, un papá que ingería una pastillita para dormir, una hermana que tomaba pastillas para evitar los dolores menstruales, una abuelita que tomaba pastillas para ver si frenaba los bochornos que sufría por su cambio de vida.
De vuelta; en lugar de que hagas un drama porque hoy te has enterado de que tu hijo se droga, ¿por qué no pensamos que es lo que llevó a tú hijo a consumirla? Yo creo que la falta de comunicación, de afecto, de dialogo, madres histéricas, padres neuróticos que reclaman y exigen que sus hijos sean lo que ellos no pudieron ser.
Hay casos de algunas Madres que lo único que hacen es obligar a sus hijos a estudiar, sin importarles qué estudien. Lo único que les importa es que tengan un buen diploma para que la sociedad las apruebe como Madres.
No les importa si sus hijos saben o no, disfrutarían cuando una maestra los hace repetir de grado escolar, porque si repite es que no sabe. ¿Para qué quieres que lo aprueben? ¿Para qué le pides a sus hermanos que le ayuden a hacer sus tareas? Ni tampoco se las harías tú, si te importara que supiera; lo dejarías que repita y repita toda la vida si es necesario hasta que apruebe.
Pero no; a ti no te importa si sabe, te interesa el diploma para que una sociedad vea que tus hijos están muy bien.
Yo no creo que sea un drama que alguien se drogue; lo absurdo es que en una familia no se le enseñó a resolver los problemas enfrentándolos y si ya se metió en las drogas pues hay que ayudarlo a que salga de ellas, quizá con un poco de comunicación y de afecto, no de criticas, ni de escándalos sociales, ni familiares, para seguir creyendo que tú eres la mártir, porque tienes un hijo drogadicto.
Tú reclamas, exiges, reprochas: “Soy tu madre y yo se lo que hago”, y la comunicación quizá harían que no entraran las drogas, o quizá sí; Pero si el hijo es inteligente y con todo el apoyo, se daría cuenta de que no sirven para nada que lo único que está consiguiendo es arruinarse la vida, y las dejaría en poco tiempo.
Sería muy lindo que entendieran que no es un drama que sus hijos se droguen, lo dramático es que no te des cuenta de porqué llegó a las drogas y crees que el que tiene problemas, es él.
En la solución de este problema no solo es necesaria la participación de las autoridades, sino también de los médicos, maestros, psicólogos, padres de familia y en fin de todos los miembros de la sociedad incluyendo a los niños y a los jóvenes de los diferentes estratos sociales.
El hogar es una fuente de crecimiento para todos sus integrantes, en donde se espera que se comporten o sean de determinada forma; se establecen principios y normas de acción a través de valores familiares, mismos que proporcionan razones para que los hijos digan NO a las drogas.
Roberto Fleischer Haro, egresado de la IV generación de la Escuela de Policía. Registro Nacional de Seguridad FEHR440205H226223583 e. mail rfleischer_44@hotmail.com
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